A la par de un gran conductor, hay una gran vestuarista



Por Santiago Meligeni y Julieta Kern. 

                  

Le hizo un favor a un amigo, conoció a Marcelo Tinelli y hace años se volvió la vestuarista del programa más visto de la televisión abierta en Argentina.

María Vilariño comenzó su carrera bailando en el programa de televisión Alta Tensión conducido por Fernando Bravo. “Nunca me gustó cómo me vestían”, dice al contar cómo se interesó por primera vez en el vestuario. Luego de bailar y desfilar por distintas pasarelas, destacó por su participación en la organización de desfiles para grandes marcas como Calvin Klein y Guess. Aceptó, a la vez, un trabajo como asistente de productora de moda en la revista Vos.  Rápidamente tomó el cargo de productora, aunque confiesa: “Nunca estudié, pero me gustaba tanto que fui autodidacta”.

Vilariño relata su vida profesional como quien no se avergüenza de su pasado. Su voz denota nostalgia, orgullo y confianza. Emplea un tono firme pero no arrogante. “Todo cambió cuando un amigo me pidió que lo reemplace. Él era vestuarista de ATC y tenía que viajar a Italia. Me pidió que ocupara su lugar”. Dejar la producción de moda para volverse vestuarista de un programa en vivo del viejo Canal 7. No era subir un escalón sino tres pisos por ascensor. “Me animé, desde ese día hace 37 años que trabajo como vestuarista” continúa sin modificar el tono.

“¿Y cómo es trabajar con Marcelo?”. En ese momento había sido necesario realizar la pregunta menos original que ella podía esperar porque Tinelli no es una figura fácil de obviar en la vida de Vilariño (y en la mayoría de las personas que trabajaron con él). “Hace treinta años que estoy a su lado. Y con la productora también, desde que era Ideas del Sur. Amo mi trabajo. ¡Estoy agradecida!”. Se produce el primer quiebre en el relato de la entrevistada. Su respuesta fue exaltada, en un tono más alto y agudo.

Vilariño acompaña al conductor desde sus comienzos en la televisión con Videomatch en la década del noventa y luego en Showmatch, hasta convertirse en la vestuarista personal de Marcelo Tinelli. “Para los Martín Fierro me gusta verlo de gala”. La imagen del conductor fue mutando a lo largo de estos treinta años: “El vestuario lo voy cambiando de acuerdo con la época, las tendencias, los programas. Videomatch era un look más informal, pero el Bailando amerita traje, saco y pantalón a medida”. La entrevistada señala que cuando empezó a diseñar el vestuario para el programa mucha gente que veía el programa le decía “tiene tu sello”, pero aclaró que se adapta a las peticiones de la producción.

Tinelli es una de las personas más influyentes en los medios de comunicación, aunque también en el fútbol y hasta en la política. Sin embargo, “siempre tuve mucha libertad con Marcelo, me divierto mucho trabajando con él. Además le gusta la moda, comparte mi criterio y gusto. Fui la primera que impuso el color en los hombres. A él le gustó y de ahí en más nació el color”. Sobre su condición de mujer en su ámbito de trabajo, Vilariño sostiene que en la empresa donde trabaja “somos todos iguales, de hecho, hay más mujeres que hombres. El único problema en algún momento fue el dinero”. Aunque destaca haberse cruzado con hombres (conductores y productores) que resultaron un obstáculo en su carrera, “me encontré con maltratadores del poder de la televisión”.

Además de ser vestuarista de uno de los conductores más famosos del país y de un programa con trayectoria, Vilariño es la encargada del vestuario en diferentes ficciones. Explica que en ellas tiene que sortear una dificultad extra: interpretar al personaje, amarlo, entrar en la historia y no solo leer el libreto. Menciona que esto le sirve para poder trabajar colores y texturas que marquen un recorrido en la tira. “Lo más importante es que se vea creíble y ayude a la veracidad de la ficción”. También habla de las novelas que mayor satisfacción le dieron: “Muñeca Brava y Patito Feo primero en televisión y luego tres años en el teatro, Tumberos que se grababa desde la cárcel de Caseros y Sangre Fría fueron las obras con las que más pude volar en su realización. La que más disfruté fue Costumbres Argentinas, todo el vestuario era de los ‘80. Me divertía recorriendo y encontrando aquellas perlitas de época en las ferias”. En relación a las ferias se detiene para comentar que son espacios donde la moda sustentable se está abriendo lugar. “Si quiero un vestuario original con prendas únicas me encanta ir, revolver y hallar piezas increíbles”.

“¿Si me considero una mujer exitosa? Sí, totalmente”.

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